Escribir es una tarea sumamente agradable, desde muy joven me ha vencido la compulsión por registrar cosas y hechos. La primera vez que me puse a hacerlo fue en la Secundaria, tendría yo unos 12 años y recuerdo perfectamente cuando mi mamá me regaló una agenda de bolsillo, de esas que obsequiaba Selecciones del Reader's Digest cuando te suscribías a su revista.
Y de allí, la siguiente parada fue en la Facultad de Antropología, donde descubrí con enorme placer lo que era la Libreta de Notas y el Diario de Campo. Luego vino la Dana Wireless de AlphaSmart, y siguieron algunos equipos de cómputo en el trabajo y propios, acompañados de la seducción -mortal- del blogueo.
Tanto me gusta escribir que no discrimino entre escritura analógica y escritura digital, las Moleskines, Paperblanks, Ideal (libreta mexicana sin página web), y ahora las muy económicas de la marca Norma. De hecho ya poco escribo linealmente, más bien utilizo garabatos, mapas mentales, esquemas, dibujos, en fin. Gráficos que son insumos para redacciones posteriores.
Mi preocupación siempre ha sido disponer de un programa que me permita escribir, concentrándome sólo en eso, sin detenerme en la corrección para no "enfriar el motorcito". Así, debo decir que a la fecha casi todo lo inicio en el EditPad Classic, maravilloso por su navegación por pestañas, su incremento de tamaño de fuentes desde el scroll del ratón y alguna personalización mínima. Cierto que copiar de EditPad a Word podría resultarle engorroso a alguien, pero
Desde hará unos 4 ó 5 años he estado en la búsqueda de un procesador de textos sencillo, que sea rápido y de fácil uso, que me permita simplemente escribir sin preocuparme, he probado varios.
El super elogiado AbiWord no me deja satisfecho, el Writer de OpenOffice es demasiado para lo que quiero (y curiosamente, todas las versiones que he instalado me alentan la computadora). He probado montón de aplicaciones incluyendo algunas orientadas a escritores. Pero por fin, por fin, el fin de semana encontré lo que tanto necesito: Jarte (características en español).
Jarte va con mi gusto por interfaces sencillas y funciones discretas, nada de botones regordetes y amontonados. Permite trabajar en texto plano, rtf, html y exportar a pdf.
Tanto me ha gustado que también la instalé en mi USB, junto con mi querido EditPad y otras aplicaciones de Open Office Portable. Si alguien quiere explorar Jarte, le invito.
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